lunes, 28 de mayo de 2007

USO DE CLAVES VISUALES EN PERSONAS CON TRASTORNO DEL ESPECTRO AUTISTA (TEA)

INTRODUCCIÓN
Estamos rodeados de claves visuales. Forman parte de nuestra vida cotidiana aunque no siempre seamos conscientes de ello. Nos ayudan a situarnos, a obtener información de distinta índole, a comprender lo que ocurre a nuestro alrededor y a que todo funcione de manera adecuada. ¿Se imaginan ir conduciendo su coche por una ciudad desconocida en la que no existe ningún tipo de señalización? Sería completamente caótico. No sabríamos qué dirección tomar para llegar a nuestro destino, ni como comportarnos ante lo que vayamos encontrando. Nos sentiríamos desorientados, confusos, inseguros. Seguro que todos coincidimos en que es necesaria una adecuada señalización vial para circular en automóvil. Algo así es lo que les ocurre a las personas con TEA. Necesitan que se les indique de una manera visual muchas cosas, así consiguen comprender mejor el mundo que les rodea, saber qué, como o cuando tienen que hacer las cosas en determinadas situaciones, conocer que es lo que van a hacer o a encontrar.
Como terapeutas y familiares debemos conocer porqué son necesarias estas claves, en qué situaciones podemos utilizarlas y cuales son los beneficios que reportan a las personas con TEA. Eso es lo que intentaremos explicar con este taller.

DESARROLLO
¿Qué son las claves visuales?
Se trata de señales indicadoras, realizadas con materiales sencillos, fundamentalmente fotografías y dibujos, aunque también pueden utilizarse diversos objetos o miniaturas.
Las claves visuales forman uno de los principios metodológicos específicos que utilizamos en la intervención con las personas con TEA. Apoyan la información que damos de forma oral y hacen más evidente el tipo de respuesta que esperamos, proporcionando una información más permanente en el tiempo por el canal visual que es preferente para estas personas .
Cada persona con TEA es diferente de las demás y va a necesitar unas claves visuales adaptadas a sus características que le proporcionen la información adecuada en cada momento, tanto en el centro como en el hogar y otros contextos de su vida cotidiana. Es fundamental el intercambio de información con la familia para conocer las necesidades y poder utilizar unas claves visuales adecuadas.


Principalmente las utilizamos con los siguientes fines:
Organización temporal.
Organización espacial y comprensión del entorno.
Comprensión de las tareas.
Aparición y estructuración del lenguaje y el discurso.
Comprensión de situaciones sociales y de aspectos "no visibles".
Prevención e intervención de alteraciones conductuales.
Organización temporal
La percepción temporal consta de dos aspectos fundamentales:
Percepción del orden y la organización.
Percepción de la duración.
Para abordar el primero de estos aspectos deberemos elaborar una organización temporal que presente de forma ordenada los acontecimientos o actividades que se van a desarrollar en un periodo determinado de tiempo (diaria, semanal...).
Esto resulta muy útil para que la persona con TEA conozca con exactitud qué es lo que va a ocurrir, evitando el desconcierto y ayudándole a tener una noción más clara del orden en el que se van a desarrollar las diferentes actividades.
Las agendas para organizar el tiempo pueden ser individuales o utilizarse en paneles de forma grupal. Son beneficiosas no sólo para las personas con TEA sino también para sus hermanos pequeños o compañeros de clase en centros ordinarios.
Estas agendas, además de organizar las diferentes actividades, nos permiten discriminar entre acontecimientos pasados, presentes y futuros a través de nuevas claves visuales como pueden ser papeles transparentes de colores.
Un aspecto importante a tener en cuenta es que las claves que utilicemos deben ser adecuadas a la capacidad representacional de la persona o personas que vayan a utilizarlas. En función de dicha capacidad podemos utilizar:
Objeto real
Objeto real + fotografía
Fotografía
Pictograma
Palabra
A la hora de situar temporalmente a una persona debemos emplear referencias concretas y relevantes para ella que le ayuden a situarse; por ejemplo, en lugar de dividir las actividades en "mañana y tarde" (conceptos poco relevantes), podemos hacerlo en "antes y después de la comida" (una actividad fácilmente identificable por la persona con TEA)

Además de las agendas que nos indican la secuencia en la que se van a desarrollar los acontecimientos, podemos utilizar claves visuales para delimitar su duración y así intervenir en el segundo aspecto de la percepción temporal. Un ejemplo de esto puede ser el colocar una señal en un reloj de agujas que indique el tiempo en el que se desarrolla una actividad.
8. Organización espacial y comprensión del entorno.
Podemos definir el espacio como el lugar que ocupamos, donde nos movemos y donde vivimos diferentes experiencias. En este ámbito, las claves visuales son señales que facilitan la orientación en el espacio. Nos indican qué hay en cada lugar, quién nos podemos encontrar allí y qué tipo de actividades se realizan en cada entorno.
De esta manera, podemos utilizar líneas de diferentes colores para diferenciar los entornos en los que se desarrollan diferentes tipos de actividades. Esto va a ayudar a identificar las acciones con los lugares donde se desarrollan.
Otra forma de ayudar a la persona a situarse espacialmente es colocar fotografías en las puertas de las habitaciones que indiquen lo que podemos encontrar detrás. Esto ayuda especialmente a aquellas personas que llegan por primera vez a un sitio que no conocen, o cuando , por ejemplo en el centro, cambia la distribución de las aulas y de repente hay cosas diferentes al curso anterior. Estas claves podemos también usarlas en armarios y cajones, lo que facilitará enormemente la localización de los diversos objetos.
Para identificar el mobiliario y saber cual es su silla, mesa, percha... podemos utilizar fotografías de la propia persona y códigos de color.
9. Comprensión de las tareas
Las claves visuales constituyen un apoyo para realizar actividades de todo tipo; desde las puramente académicas hasta el desarrollo de tareas domésticas o de la vida cotidiana como utilizar un microondas, un radiocasete o el ratón de un ordenador. Se trata de facilitar la comprensión del uso de determinados objetos o de tareas a realizar. Por otro lado, favorecen la autonomía en el desarrollo de dichas tareas, ya que al tener la clave que les indica lo que hay que hacer, y según se van familiarizando con la tarea, dejan de necesitar, en muchos casos, nuestra ayuda directa. Ejemplos de esto son los manteles indicadores y las secuencias de actividades divididas en los diferentes pasos que las componen.
10. Aparición y estructuración del lenguaje y el discurso.
En el ámbito de la comunicación y el lenguaje podemos utilizar las claves visuales para ayudar a la persona con TEA a emplear adecuadamente estructuras morfosintácticas.
Otra utilidad es la de facilitar el empleo de la función narrativa. Para ello podemos utilizar secuencias de dibujos en las que aparezcan, por ejemplo, las distintas actividades que ha realizado en una sesión de trabajo, en una tarde en casa, etc.
Algo que creemos muy útil es señalar de alguna manera aquellos acontecimientos especiales o importantes que hayan sucedido durante el día, de manera que apoyándose en dicha clave visual la persona con TEA pueda contarnos lo ocurrido.
11. Comprensión de situaciones sociales
Muchas veces la persona con TEA se encuentra ante situaciones sociales que no comprende, no sabe como debe actuar o muestra un comportamiento inadecuado ante ellas. En estos casos podemos utilizar viñetas (historias sociales) que representen dichas situaciones y la forma adecuada de resolverlas, lo que proporcionará una información más clara que una explicación oral.
Otra aplicación de las claves visuales en el área social es el poder mostrar aspectos "no visibles", como pueden ser los pensamientos. El poder representarlos de una forma visual facilita enormemente

12. Prevención e intervención de alteraciones conductuales.
En el área de la conducta, podemos aplicar las claves visuales con diferentes objetivos:
En primer lugar, pueden utilizarse para la anticipación de contingencias. Para ello, podemos incluir dichas contingencias en la agenda diaria de la persona con TEA y utilizar diferentes marcadoras para señalar si se consigue o no. También podemos realizar secuencias específicas que incidan en un determinado aspecto conductual que pretendamos modificar.
Otra utilidad de las claves es la prevención de situaciones que generen ansiedad como las esperas o los cambios inesperados, por ejemplo si llueve no podemos ir al patio pero sí ver el cine, oir música, jugar en clase...
Utilizando viñetas como en el caso de las historias sociales podemos representar situaciones de conflicto con sus diferentes alternativas de resolución.
Finalmente podemos utilizarlas como instrumento de autorregulación de la conducta de la persona con TEA.

¿Cómo utilizar las claves visuales?
En APNABA empleamos dos tipos de claves visuales:
En primer lugar, hay unas generales, repartidas por todo el centro, para facilitar la orientación espacial de cualquier usuario de APNABA. Todo está señalado para que todos sepamos qué es lo que hay en cada lugar del centro.
Por otro lado, tenemos aquellas claves diseñadas específicamente para personas o grupos concretos.
Habitualmente existe en cada unidad un panel de información general para el grupo, donde se presenta la organización diaria o semanal. Después, cada usuario, tiene sus propias claves para el desarrollo de las diferentes actividades o el trabajo en diferentes aspectos; comunicativos, sociales o conductuales.
Es conveniente intentar que la mayor parte posible de usuarios compartan las mismas claves visuales cuando esto sea posible en función de sus características personales.
En el hogar, las claves están directamente elaboradas para aspectos concretos de una determinada persona y totalmente adaptadas a sus características. En muchas ocasiones, en las reuniones entre familiares y profesionales se abordan necesidades de la persona que pueden cubrirse con el empleo de dichas claves; especialmente aquellas relacionadas con el ámbito de la autonomía y de la regulación de la conducta.

CONCLUSIONES
Las claves visuales constituyen un principio metodológico indispensable en la atención a personas con TEA que todo profesional de este ámbito debe conocer y emplear.
Su uso no se reduce al centro donde reciba atención al ser una herramienta que aumenta la calidad de vida de las personas con TEA en las diferentes áreas de desarrollo. Por ello es fundamental mantener una comunicación fluida con la familia que permita llevar las claves visuales del centro al hogar y viceversa.
La práctica nos demuestra que el empleo de las claves visuales no sólo es útil sino además necesario, ya que el canal visual es, en muchos casos, el preferente en las personas con TEA.
Finalmente hemos de hacer referencia a la gran versatilidad que nos ofrecen las claves visuales al poder utilizarse de manera adaptada, individual o grupalmente y con múltiples finalidades en función de los objetivos que pretendamos conseguir con ellas.

AUTORES:
Mª Guadalupe Montero de Espinosa Espino
Juan Antonio Rodríguez Moriano
Joaquín Sánchez Rodríguez
Mª Remedios Picón Cortés
APNABA